“Sean honestos con su madre y su padre. Una reflexión de tal honestidad con los padres es comunicarse con ellos. Eviten el tratamiento del silencio. El tictac del reloj es más alto, sus manos se mueven más lentamente cuando la noche es oscura, la hora es tardía, y un precioso hijo o preciosa hija aún no ha llegado a casa. Si se detuvieron, hagan una llamada telefónica: ‘Mamá, papá, estamos bien. Sólo nos detuvimos por algo para comer. No se preocupen; estamos bien. Estaremos en casa pronto”.
(“A Code to Live By,” – “Un código por el cual vivir” New Era, Sep 2005, 4)
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