Por Jan
Más de 20,000 personas permanecieron en absoluto silencio, esperando, y entonces, luego de casi cinco minutos, la figura familiar del invitado de honor apareció. Pero no fue sino hasta que Thomas S. Monson, profeta y presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, saludó, sonrió y saludó de manos a los que estaban parados cerca y se sentó, que la respetuosa audiencia tomó asiento.
Ése fue el primer tributo de una noche de hermosa música, narración y deseos de cumpleaños para la celebración del cumpleaños número 85 del presidente Monson. Días dorados: una celebración de la vida, realizado en el Centro de Conferencias SUD de Salt Lake City el viernes 17 de agosto de 2012, se centró en el servicio dedicado del Presidente Monson al mundo.
“Estamos aquí esta noche para honrar su servicio”, dijo el presidente Henry B. Eyring, primer consejero en la Primera Presidencia. “Podemos hacerlo esta noche, mañana y el tiempo que vivamos sirviendo a nuestro prójimo de la misma manera que él sirve a los demás”.
Los anfitriones de la noche fueron Steve Young, mariscal de campo del Salón de la Fama del fútbol y fundador de Forever Young Foundation, y Jane Clayson Johnson, corresponsal de noticias nacionales ganadora de un premio Emmy y ex co-anfitriona de The Early Show en CBS.
Dallyn Vail Bayles, actor, cantante y artista de grabación profesional, el tenor de Metropolitan Opera, Stanford Olsen y la cantante y actriz Rebecca Luker fueron los artistas invitados. La música y comentarios resaltaron la vida del presidente Monson e incluyeron algunas de sus canciones favoritas, entre ellas los musicales de Broadway “Seventy Six Trombones” de Music Man; “Tomorrow” de Annie; “All I ask of You” del Fantasma de la Ópera; “There But For You” de Brigadoon, y “Memory” de Cats. Una interpretación profundamente conmovedora de “Bring Me Home” de Les Miserables realizado por Bayles puso de pie a la audiencia.
Un impresionante desfile de casi 200 Cub Scouts y Boy Scouts cantando el himno de los Constructores de Rieles marchó en el escenario y llenó los pasillos de la planta baja del centro como tributo a las cuatro décadas del presidente Monson en la Junta Ejecutiva Nacional de los Boy Scouts de los Estados Unidos. Él recibió los premios de Castor de Plata y Búfalo de Plata, el Lobo de Bronce (el premio internacional más alto de los Scouts), y el premio Zorro de Plata de Canadá. En un mensaje pregrabado, Bob Mazzuca, Jefe Ejecutivo Scout de los Boy Scouts de los Estados Unidos, no sólo le deseó un feliz cumpleaños sino que también elogió al presidente Monson por su contribución a los Scouts.
Casi a la mitad del programa, la audiencia se unió a los anfitriones, al Coro del Tabernáculo Mormón y a la Orquesta en la Manzana del Templo al cantar un sincero “Happy Birthday” al querido profeta.
Un documental de la vida del presidente Monson detalló los sucesos significativos, incluyendo su romance y cortejo de Frances Johnson, una estudiante de la Universidad de Utah, y su servicio en la Marina de Guerra durante la Segunda Guerra Mundial el cual fortaleció su compromiso de vivir el evangelio.
El presidente Monson se convirtió en obispo cuando tenía 22 años de edad y colgó una imagen de Cristo en su oficina. Cuando enfrentaba situaciones difíciles, se preguntaba a sí mismo qué haría Cristo. Esa misma imagen fue colgada en todas sus oficinas, desde el obispado hasta la presidencia de la Misión Canadiense y luego como apóstol a los 36 años, y en la actualidad como profeta.
El documental explicó que en 1968, el presidente Monson prometió a los Santos de los Últimos Días detrás de la Cortina de Hierro que un día tendrían su propio templo si eran fieles. En ese tiempo no había edificios, ni barrios, estacas o misiones. Para ellos parecía imposible, pero veinte años después, un templo fue construido en Alemania Oriental.
El presidente Dieter F. Uchtdorf, segundo consejero en la Primera Presidencia, relató sus experiencias.
Como alemán, recuerdo el gran acto de fe cuando durante la Guerra Fría, usted bendijo a nuestra gente y a nuestro país detrás de la Cortina de Hierro con promesas proféticas que parecían imposibles en ese tiempo. La grandeza de este momento histórico fue difícil de comprender para nosotros. Su fe expandió la nuestra. Esa fe fue recompensada, y fuimos testigos del cumplimiento literal de su bendición. Un apóstol del Señor había estado entre nosotros. Comprendimos que el presidente Thomas S. Monson no sólo era nuestro amigo, sino que Dios era su amigo.
El presidente Uchtdorf dijo que había viajado a una conferencia regional en el norte de Alemania con el presidente Monson. Había sido hace varios años, pero recordaba los nombres de varios miembros y quería visitar a un ex presidente de estaca y patriarca, Michael Panitsch. El presidente Uchtdorf explicó que el hermano Panitsch estaba postrado en cama, muy enfermo e incapaz de asistir a la conferencia.
“Por lo tanto, el presidente Monson dijo: ‘Entonces, vayamos a él’.
Yo sabía que el presidente Monson había tenido una cirugía en el pie antes del viaje a Alemania y no podía caminar sin sentir dolor. Cuando compartí con el presidente Monson que el hermano Panitsch vivía en el quinto piso de un edificio antiguo sin elevadores pero con escaleras muy altas y largas, sólo me dijo: ‘Dieter, no te preocupes’. Y nos fuimos.
Cada ciertos pasos él tenía que detenerse para que se le pasara el dolor. Nunca dejó escapar una queja. No se rindió. Le dio al hermano Panitsch una hermosa bendición, le dio ánimos, y le agradeció por su servicio de toda una vida.
Hellen Keller dijo: ‘Preferiría caminar con un amigo en la oscuridad que sola en la luz’. Presidente Monson, usted es un amigo que trae luz a la oscuridad, y usted es el profeta de Dios para nuestros tiempos. Lo amamos y sostenemos. Oramos por usted”.
El presidente Eyring dijo que había sido testigo de un tributo al presidente Monson en el desierto de Arizona cuando viajaban hacia el aeropuerto después de la dedicación del templo de Gila. Él recordó:
El profeta le pidió a su chofer que le permitiera saludar a una pareja y a sus pequeños hijos que estaban parados en la arena al borde del camino. No había ninguna casa a la vista, pero tan pronto como el presidente Monson empezó a estrechar la mano de los niños, empezaron a aparecer más familias. Él los saludó a todos con una brillante sonrisa y cada uno respondió con una sonrisa en obvio deleite. Los cubrió con la calidez del amor puro de Cristo, sin preocuparse de su propia comodidad y seguridad e inconsciente de cualquiera excepto de los que amaba y saludaba.
El camino y las áridas colinas me recordaban al territorio sobre el mar de Galilea, donde las multitudes se habían reunido para sentir el amor del Señor mortal.
Ahora, estos Santos de los Últimos Días se sintieron atraídos por el profeta del Salvador, un siervo ordenado de sus tiempos. Y los bendijo con su atención amorosa, paciente e íntegra cuando le rindieron tributo. Las personas a las que saludó no sólo recibieron un momento dorado, sino también los que estábamos ahí y vimos suceder ese momento. No soy el mismo, ni tampoco los participantes, debido a que al haber sentido ese amor, hemos sido cambiados.
Más de una vez he recordado este ejemplo y he salido de mi camino y fuera de mi zona de comodidad para atender, alentar y ayudar a alguien necesitado.
El presidente Monson ha hecho mucho de esto, ha hablado y ha escrito, tan conmovedoramente e incluso nos ha pedido ir al igual que él, en el nombre del Señor por los demás. La Iglesia ha sido cambiada en toda la tierra para las generaciones futuras”.
El Reverendo Monseñor Joseph Fitzgerald de la Diócesis Católica de Salt Lake City, se dirigió al presidente Monson en un tributo en video pregrabado:
Lo he conocido a usted y a Frances [y] a algunos de su familia durante muchos años y siempre he estado impresionado por la inmensa devoción que tiene por el mejoramiento de otras personas, para el enriquecimiento de nuestra comunidad, y del gran mundo.
…Muchas veces le he escuchado decir: ‘No podemos permitir que el hambre siga existiendo, que el desamparado siga sin hogar, o que los que no tienen vestido continúen desnudos. Debemos hacer todo lo que podamos hacer juntos para ayudar a estas personas’, y usted lo ha hecho.
Recursos Adicionales:
Aprenda más acerca de lo que los mormones creen
Comentarios recientes