thomas-s-monson-mormonEn un exclusivo artículo publicado en la web, titulado “Al Futuro”, Elise Soukup, periodista de la revista Newsweek, comparte cuidadosamente los preparativos de los últimos días para llamar al hombre que el Señor ha preparado para llegar a ser el 16to Profeta y Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días están de duelo por el fallecimiento de su presidente, Gordon B. Hinckley, mientras sus líderes máximos empiezan a reunirse para nombrar a su sucesor-el cual casi certeramente será Thomas S. Monson, de 80 años. Hinckley fue el 15to presidente en la historia de 177 años de la iglesia…

Del previsto cambio, ella escribe:

“La transición al nuevo profeta será probablemente muy tranquila. Monson ha servido por los últimos 43 años en los más altos niveles de liderazgo de la iglesia y es profundamente respetado… En el servicio de Monson como un apóstol y consejero, él ha servido en cargos que abarcan toda la esfera de acción de la vida en la iglesia, incluyendo obra misional, servicios de bienestar, genealogía, educación y capacitación de liderazgo”.

Al describir el procedimiento para llamar a un nuevo profeta, la revista Newsweek informa:

“Comparado con el proceso de escoger a un papa, el escoger a un nuevo profeta mormón es casi una rutina…”

Después del funeral del Presidente Hinckley, los 14 apóstoles se reunirán en el cuarto piso del templo de Lago Salado en el salón donde normalmente coordinan los asuntos de la iglesia. El voto para elegir a Monson como el nuevo profeta tiene que ser unánime. Luego el Presidente Monson se sentará en una silla y los 13 apóstoles restantes se pararán en un círculo y pondrán sus manos sobre su cabeza. Boyd K. Packer, el siguiente líder más antiguo, dirá una oración “apartándolo” y bendiciéndolo en su nuevo cargo…

Aunque es verdad, como el artículo da a entender, que comparado con la coronación papal, lo que mostramos al exterior es simple; es espectacular contemplar que la voz del Señor dirige el proceso a través del cual un nuevo Profeta Suyo es llamado a dirigir la Iglesia y a influir en el mundo.

Para aquellos no familiarizados con las facetas de nuestra fe, esa intervención divina puede pasar desapercibida en su quietud. Puede parecer que un voto unánime de sostenimiento es un tipo de gesto de aprobación de alguien llamado a ser el próximo líder. Un voto unánime, en el caso del llamamiento de un nuevo Profeta, es en realidad el resultado de un proceso que ha tenido lugar, en lugar del medio a través del cual se selecciona al Profeta.

A través de deliberación y oración, cada miembro del Quórum de los Doce recibe revelación sobre quién será el siguiente Profeta. Una vez que se recibe, cada uno levanta su mano en reconocimiento de que saben personalmente de la divinidad del llamamiento, y de que sostendrá al nuevo Profeta.

Su voto no es el medio para poner en una oficina a alguien meramente nominado, sino más bien una afirmación de su recepción, por revelación, de la voluntad del Señor. La diferencia es importante. Marca el verdadero milagro del Orden de Sucesión, o cambio de manto, de un Profeta a otro.

En ese sentido, aunque no está llena de pompa como las ceremonias de coronación, como Soukup correctamente dice, es, de hecho, divino y único en el llamamiento de liderazgo de la Iglesia en el mundo.

Artículo publicado en inglés en la revista Newsweek sobre Thomas S. Monson