14 de octubre de 2008, por Terrie
El presidente Thomas S. Monson es el actual profeta de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Sus miembros reciben algunas veces el sobrenombre de mormones. Antes de que el presidente Monson sea el profeta, él era un apóstol. Un apóstol sirve bajo la dirección del profeta, con una amplia responsabilidad en la iglesia. Durante este periodo, visitó Alemania. Su guía para este viaje fue Dieter F. Uchtdorf, quien es ahora un miembro de la presidencia de la iglesia, pero quien en ese entonces era un líder local de la iglesia. El presidente Monson preguntó por un líder local anterior llamado Michael Panitsch. El hermano Panitsch había sido uno de los pioneros en la organización de la iglesia en Alemania. El presidente Uchtdorf explicó que él estaba ahora postrado en cama.
El presidente Monson decidió que quería visitar a aquel hombre; pero el presidente Uchtdorf, sabiendo que el presidente Monson había tenido recientemente una cirugía en el pie y que le dolía cuando caminaba, sugirió que la visita no sería una buena idea. El hermano Panitsch vivía en el quinto piso y no había ascensor. Al presidente Monson no le importó e insistió en visitar a aquel hombre en lugar de recorrer la ciudad. Tuvo que parar una infinidad de veces para descansar, pero logró subir el tramo completo de cinco pisos sin quejas y tuvo una visita muy agradable con aquel hombre.
El presidente Monson recibe con frecuencia solicitudes para visitas personales de parte de aquellos que están sufriendo o falleciendo. A menudo, sus secretarias tratan de protegerlo de estos pedidos sabiendo que él pasaría cada momento con ellos, si fuera posible. Sin embargo, un día le transmitieron el mensaje de una mujer que estaba muriendo y que deseaba una visita de él porque era su líder favorito de la iglesia. No había manera alguna para hacer la cita en un horario que estaba totalmente ocupado; pero, de alguna manera, el presidente Monson no pudo dejar de pensar en la solicitud. Se dio cuenta que estaba preocupado, aunque nunca había conocido a la mujer. Al día siguiente, subió a su auto, compró un regalo, y manejó hacia un territorio desconocido en el largo viaje a la casa de la mujer. Cuando llegó, la mujer estaba en un estado de semicoma. Estaba tendida en un cuarto que tenía una foto enmarcada del presidente Monson. Él tomó su mano y habló con ella, lo cual fue un monólogo puesto que ella no podía responder de ninguna manera. Sin embargo, su hijo estaba seguro que ella sabía quién era él y que entendía lo que él le decía; y justo después de nueve horas, falleció.
La vida de servicio del presidente Monson se preparó desde la niñez. Sus padres eran cariñosos y generosos. Vivían cerca de las vías del ferrocarril, y con frecuencia las personas sin hogar o errantes tocaban su puerta buscando comida. Su madre siempre las llevaba a la cocina y preparaba un sándwich y un vaso de leche para ellos, alimentándolos justo allí en su propia mesa. Cada domingo, se esperaba que el joven Tom Monson entregue un plato de comida a su vecino de edad avanzada antes de comenzar su propia cena del domingo. Nunca se le permitió esperar a que él hubiera comido primero; y de estas experiencias, aprendió a poner a los demás antes que a sí mismo.
El presidente Monson es muy conocido por sus servicios a las personas. Aunque lidera una iglesia a nivel mundial de millones de miembros, nunca pierde la visión de que cada persona en la iglesia es un ser individual; y siempre está esperando las oportunidades para servir a esa única persona.
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