La Conferencia General se lleva a cabo durante el primer fin de semana de los meses de abril y octubre. Los mormones de todo el mundo se reúnen para escuchar la conferencia en sus hogares o en los edificios de la iglesia. Las conferencias a menudo son traducidas a diferentes idiomas. Durante estos días, el profeta mormón, sus apóstoles y otros líderes se dirigen a la comunidad, tanto a los miembros como a aquellos que no lo son, para compartir el evangelio de Jesucristo.
Durante la conferencia, los miembros pueden descubrir los planes de Dios y recibir consejos que les ayudarán a vivir exitosamente durante los próximos seis meses. A pesar de que el profeta habla en varias ocasiones, es poco probable que los oyentes escuchen nuevas revelaciones o consejos. Por lo general, nos recuerdan las cosas que Dios ya nos pidió hacer; sin embargo, pueden establecerse algunas prioridades. Por ejemplo, es probable que la próxima conferencia incluya alguna orientación sobre cómo superar los momentos económicamente desafiantes – no se trata de consejos sobre la compra de acciones o ideas para conseguir riqueza, sino más bien de un recordatorio de lo que los mormones ya hemos escuchado durante generaciones. Es probable que nos recuerden evitar las deudas, vivir con moderación, sembrar un jardín y tener un almacén en caso de que perdamos el empleo. El consejo rara vez es glamoroso, pero es práctico y funciona.
“Las enseñanzas de un profeta viviente son muchas veces contrarias a las tendencias del mundo. Nosotros, en calidad de Santos de los Últimos Días y poseedores del sacerdocio de Dios, debemos comprender que existe un abismo cada vez más grande entre las normas del mundo y las del Evangelio y el reino de Dios, y que los profetas vivientes siempre enseñarán las normas de Dios. Por mucho que deseemos que el Evangelio se ajuste al mundo, es imposible; nunca ha pasado ni nunca pasará.
Mucho de nuestro mundo actual está fundamentado en la satisfacción de los caprichos, en la ganancia y el placer inmediatos y en la aceptación social a cualquier precio. El Evangelio y el reino de Dios son mucho más que eso. Entre las características que Dios valora más se encuentran la paciencia, la longanimidad, la entereza, la bondad y el amor fraternal, ninguna de las cuales se logra a corto plazo ni se cultiva en un momento”. (Dennis B. Neuenschwander, “Profetas, videntes y reveladores vivientes”)
Para los mormones, la Conferencia General es un momento para conocer a las Autoridades Generales. El élder Neil L. Andersen de los Setenta sugirió que también es un momento para que nuestros niños aprendan a conocerlos y respetarlos. Él cuenta la siguiente historia: “Una vez me encontré entre un grupo de diáconos en el sureste de los Estados Unidos. El tema de conversación giró en torno al equipo Atlanta Braves. Los muchachos conocían a cada uno de los jugadores de aquel equipo de béisbol. Conocían al quinteto inicial, al líder en jonrones, al lanzador con mejor récord, y a los jugadores en reserva por lesiones. Entonces, hice preguntas sobre la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles. Pregunté si los muchachos sabían los nombres de los líderes de la Iglesia. Hubo silencio pero finalmente mencionaron el nombre del profeta. Con un poco de aliento, salió a la luz el apellido de uno de los consejeros de la Primera Presidencia. No sabían ningún otro nombre.
Algunos podrían decir que lo importante no son los líderes, sino más bien el mensaje que traen consigo. Sin embargo, si nuestros niños no saben los nombres de los miembros de la Primera Presidencia y del Quórum de los Doce Apóstoles, muy probablemente tampoco conocerán sus mensajes. Otros podrían decir que hay tantas Autoridades Generales que nuestros hijos no pueden conocerlos a todos. Sin embargo, nuestra atención debe recaer en aquellos que sostenemos como profetas, videntes y reveladores. Si bien la Iglesia ha crecido, el número de autoridades – quince – ha seguido siendo el mismo”.
A continuación, pasó a sugerir maneras en que podríamos usar la Conferencia General para reforzar nuestros testimonios y los de nuestros hijos. Él dijo, “El hecho de ver las reuniones de la Conferencia General con nuestra familia no es suficiente para querer a los profetas. En una ocasión, algunos años antes de mi llamamiento como Autoridad General, dirigí una reunión presidida por uno de los Apóstoles. Después de la reunión, le pregunté acerca de los discursos en las conferencias de su estaca. “¿Ustedes preparan algo específico para cada conferencia de estaca?”, le pregunté. Él respondió que normalmente no lo hacían, pero se basaban en los recordatorios recibidos antes y durante la conferencia. Pero luego añadió, “Pero mi discurso en la conferencia general es muy diferente. Por lo general, hago entre doce y quince borradores para estar seguro de lo que el Señor desearía que yo diga”. Desde entonces, muchas veces me he preguntado si un apóstol hace entre doce y quince borradores, ¿es agradable al Señor si escucho o leo su mensaje una o dos veces? No lo creo” (Neil L. Andersen, “Teaching Our Children to Love the Prophets”, Ensign, abril de 1996, 44)
Harold B. Lee les pidió a los miembros que consideren la última conferencia como una guía para vivir los siguientes seis meses. Los discursos pueden encontrarse en las revistas de la iglesia. Dentro de pocos días, estarán en la Internet y puede tener acceso a ellas desde su casa o la biblioteca pública. Lea un discurso cada semana, o vea el video cada domingo. Después, escoja lo que usted puede hacer esa semana para vivir las enseñanzas dadas en el discurso. Dé a cada miembro de su familia una copia del discurso para que lo coloquen en un cuaderno de conferencias y pídales que resalten las partes que consideren especialmente importantes para ellos.
Tal vez le interese saber que los oradores de la Conferencia General no tienen temas asignados. Ellos oran y le preguntan a Dios de qué deberían hablar ese día. Por lo tanto, cuando escuche hablar a varias personas sobre el mismo tema, usted ya sabrá que se debe tratar de un tema de especial preocupación para el Señor. Preste atención a los temas específicos de los líderes porque esto le dirá cuáles son los planes de Dios en ese momento. Piense que es un privilegio, cada seis meses, saber lo que Dios ha estado pensando. Este es un regalo que la Conferencia General nos da.
Empiece a planear hoy el hacer que la Conferencia General sea una experiencia personal. ¿Hay un algún asunto especial con el que está lidiando? Ore para que usted encuentre la respuesta en la Conferencia General. Seleccione a una o dos Autoridades Generales y aprenda más sobre ellas. Investigue para descubrir lo que les gusta hablar. Si se les pide hablar en esa conferencia, usted sabrá algo sobre sus vidas y los temas que más les importan. Podrá encontrar más significado en sus discursos cuando conozca su trayectoria.
Si usted no es un miembro SUD, considere el utilizar la próxima conferencia para obtener más información acerca de los mormones. Si alguien quiere saber más de su vida, usted querría que venga a usted para obtener la información, no que vaya a alguien que no lo conoce bien. Los mormones piden la misma consideración. Puede prepararse para la conferencia a través de la lectura de los discursos pronunciados en las conferencias anteriores y mediante la lectura de las biografías de los actuales líderes que podrían tomar la palabra.
Ahora que se aproxima la conferencia he tratado de prepararme mejor para escuchar a nuestros queridos apóstoles y profetas. Siempre he encontrado respuestas, consejo y gran consuelo para vida en cada situación que he vivido en casi medio siglo. Muchas gracias por los consejos, nos ayudan a apreciar mejor a los líderes y su sagrado llamamiento.
¿Dónde podría adquirir el nuevo libro de Thomas S. Monson, titulado «La voz del profeta»? Agradezco de antemano su orientación.