Thomas S. Monson es el actual profeta mormón. Muchas personas se preguntan si los mormones son cristianos. Al considerar lo que la Biblia dice acerca de lo que es un cristiano y al examinar las enseñanzas del profeta actual, podemos decidir si los mormones y su profeta mormón son cristianos o no.
La palabra “cristiano” aparece sólo unas pocas veces en la Biblia, siempre como un término que los no cristianos utilizan para describir a los seguidores de Jesucristo. Ellos fueron llamados así por primera vez en Antioquía por las personas que vivían allí, y este evento se registró en el Libro de los Hechos, después de la muerte de Jesús. Por lo tanto, no resulta útil investigar en la Biblia lo que se dice acerca de quién es un cristiano. Sin embargo, podemos saber qué dice la Biblia acerca de ser un discípulo de Jesucristo.
En la Biblia no se encuentra la palabra trinidad ni tampoco se enseña allí su concepto. La trinidad es una inadecuada herramienta de evaluación para el cristianismo ya que fue inventada después de la muerte de Jesús.
Entonces, ¿qué dijo Jesús sobre el tema de ser un cristiano?
En la época de Jesús, el término “discípulo” era utilizado para describir a los doce apóstoles. Su explicación de lo que es un discípulo puede ayudarnos a decidir lo que Él consideraba la definición de cristiano, ya que el término discípulo se refiere al seguimiento de Cristo. Un profeta mormón es un discípulo de Cristo, y las cosas que Jesús dijo acerca de Sus discípulos en los tiempos antiguos también se aplican a Thomas Monson.
Reconocer a Dios y a Jesús
El primer criterio de Jesús es que debemos reconocer que Cristo y Su Padre son reales y que debemos honrarlos. Estas escrituras muestran que son seres diferentes y que ambos deben ser reconocidos:
Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre. Todo aquel que confiesa al Hijo tiene también al Padre. (1 Juan 2:23)
Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que le envió.
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me ha enviado tiene vida eterna y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida (Juan 5: 23-24).
Guardar los mandamientos
Otro requisito para ser un discípulo de Jesucristo es guardar los mandamientos. El Nuevo Testamento tiene numerosas referencias al requerimiento de Dios de que guardemos Sus mandamientos.
Dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos (Juan 8:31).
Si me amáis, guardad mis mandamientos. (Juan 14:15).
Amarse los unos a los otros
El tercer requisito que se encuentra numerosas veces en el Nuevo Testamento es amarnos los unos a los otros y tratar a todos como a una familia – la familia que se ama.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos: si tenéis amor los unos por los otros. (Juan 13:35).
Podemos ver que la Biblia realmente no ofrece una lista de doctrinas específicas en las cuales creer si deseamos ser cristianos. Lo que sí dice es que debemos amar a Jesucristo y a Dios, reconocer su realidad y divinidad, tratar bien a los demás y vivir el Evangelio.
Thomas S. Monson, el profeta mormón, ha sido un cristiano toda su vida. Él se crió en una familia que practicaba la caridad cristiana sobre una base regular. Los hombres sin hogar que viajaban por los rieles sabían que podían encontrar una buena comida en la cocina de su madre. Él ayudaba a sus padres a llevar comida y regalos a los necesitados. En su niñez, ofreció su testimonio a la madre desconsolada de un joven soldado que murió, asegurándole que el sacrificio de Jesucristo había salvado a su hijo y le permitiría vivir de nuevo.
En su adultez, el Presidente Monson continuó el modelo que sus padres le enseñaron. Es conocido por el cariño que les dio a las 85 viudas de la congregación que él presidía cuando era adulto joven. Se aseguró de que cada una tenga un pollo fresco para la cena de Navidad. Las visitó en sus hogares y más tarde en los asilos. Habló en cada uno de sus funerales. Thomas Monson reunía alimentos, ropa y otros artículos de primera necesidad para las personas necesitadas que estaban bajo su cuidado en su congregación.
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A lo largo de su vida, él ha predicado la necesidad de gran amor y bondad hacia los demás, especialmente a los que están en necesidad. Con frecuencia, da testimonio de Jesucristo y anima a los miembros de la Iglesia a seguir el ejemplo que Él estableció. Además, anima a los mormones a leer la Biblia y aprender sobre la vida y el ministerio de Jesucristo.
En 1990, Thomas S. Monson pronunció un discurso denominado “The Search for Jesus”-Ensign-revista SUD en inglés, diciembre de 1990. En él, dijo,
Desde tiempos inmemoriales, el mensaje de Jesús siempre ha sido el mismo. Él dijo a Pedro, junto al hermoso mar de Galilea: “…[Ven] en pos de mí”. Dijo a Felipe: …“Sígueme”. Dijo al levita que se sentaba en el banco de los tributos públicos: …“Sígueme”. Ustedes y yo, si tan sólo lo escuchamos, recibiremos idéntica invitación: “Sígueme”.
Destacó los esfuerzos que las personas hacen en su búsqueda personal de Jesús a lo largo de la historia. Algunos por error se dirigieron a ídolos o siguieron las Cruzadas o debatieron la verdad en los consejos, como el de Nicea.
El presidente Monson nos recuerda que así no es cómo encontramos a Cristo. No encontramos a Cristo ni la verdad en los debates, votaciones o en los modelos mundanos. La manera de encontrar a Cristo es siguiendo el modelo que nos ha dado el mismo Cristo:
La fórmula para encontrar a Jesús siempre ha sido y será la misma: la oración ferviente y sincera de un corazón humilde y puro. El profeta Jeremías aconsejó: “y me buscaréis y me hallaréis cuando me busquéis con todo vuestro corazón” (Jer. 29:13).
Antes de que podamos emprender con éxito una búsqueda personal de Jesús, lo primero que debemos hacer es preparar tiempo para Él en nuestras vidas y espacio para Él en nuestros corazones. En estos días atareados son muchos los que tienen tiempo para jugar golf, tiempo para ir de compras, tiempo para trabajar, tiempo para jugar, pero no tienen tiempo para Cristo.
Hogares hermosos llenan la tierra y proporcionan habitaciones para comer, habitaciones para dormir, salas de juegos, salas de costura, salas de televisión, pero no tienen espacio para Cristo.
Tenemos un remordimiento de conciencia al recordar sus propias palabras: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo, nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Mateo 8:20). O nos da vergüenza al recordar: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón” (Lucas 2:7). Ningún lugar. Ningún lugar. Ningún lugar. ¿Alguna vez ha habido?
Como discípulo de Jesucristo, Thomas Monson trabaja para animar a la gente a encontrar más tiempo para su búsqueda personal de Cristo. También ayuda a la gente a entender el proceso de hacer esa búsqueda.
La oración, Thomas Monson nos recuerda, es un factor clave en la búsqueda de Cristo. Al orar, construimos nuestra relación con Jesucristo y con Dios y aprendemos a reconocer cuando ellos están hablando con nosotros. Aprendemos a distinguir Sus voces de todas las demás, sabiendo que en Santiago 1:5 del Nuevo Testamento, se nos dice que Dios promete darnos sabiduría si la pedimos con fe, y Dios siempre cumple sus promesas.
Thomas S. Monson recuerda a la gente a tener un claro concepto del Jesucristo que están buscando. Ellos no están buscando el bebé en la historia de Navidad. Estamos buscando al magnificado y resucitado Jesucristo, Hijo de Dios y Redentor de la Humanidad.
El profeta mormón nos dice que una vez que encontremos a Jesucristo, debemos llevarle regalos. Los Reyes Magos llevaron oro, incienso y mirra, pero de nosotros, Cristo pide otro tipo de regalo. Él quiere que nos entreguemos a Él. Esto requiere una mayor intensidad en la entrega de regalos. ¿Cómo nos entregamos a Jesucristo? Un cristiano observará que la Biblia, tal como se muestra arriba, dice que una manera de hacerlo es sirviendo a los demás. El Libro de Mormón dice que cuando servimos a los demás estamos al servicio de Dios.
El Libro de Mormón describe otra de las responsabilidades de aquellos que tratan de ser cristianos y entregarse a Jesucristo. Se dice que cuando somos bautizados hacemos un pacto (promesa) de presentarnos como testigos de Dios.
9 Sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna;
10 Os digo ahora, si éste es el deseo de vuestros corazones, ¿qué os impide ser bautizados en el nombre del Señor, como testimonio ante él de que habéis concertado un convenio con él de que lo serviréis y guardaréis sus mandamientos, para que él derrame su Espíritu más abundantemente sobre vosotros? (Mosíah 18 en el Libro de Mormón).
Esta escritura nos dice que un verdadero cristiano sirve a los demás con compasión. También nos dice que estamos llamados a ser testigos de Dios en todo momento. Esto es, para muchos, la parte más difícil de ser un cristiano.
Ser un verdadero cristiano no se trata de sentarse en la iglesia durante unas horas cada domingo, a pesar de que es parte de ello. No se trata sólo de ser bautizado o de una acción para “ser salvado” de una vez. Se trata de vivir cada momento de nuestras vidas por Cristo, siendo testigos de Él. Tomamos en nosotros mismos Su nombre cuando somos bautizados y eso significa que tenemos la responsabilidad de llevar bien Su nombre, representarlo en con honor, incluso cuando implique un sacrificio personal.
A veces, ser un cristiano y aún más a menudo ser un cristiano mormón significa enfrentarse a la discriminación, a la persecución y a privaciones. Esto significa en ocasiones se enfrentará a injurias, descubriendo así que a pesar de las leyes se le niega un empleo o el mismo trato que otros reciben en su profesión. A veces, significa que un maestro atacará su fe en clases. Sin embargo, estos son asuntos temporales. Para un cristiano, la perspectiva eterna es la que cuenta. Cuando se ve desde el esquema eterno de las cosas, los desafíos de ser un cristiano son mínimos en comparación con las bendiciones de ser un cristiano.
El profeta mormón ha pasado la mayor parte de su vida enseñando sobre Jesús y sirviendo a Cristo. Él ha pasado incontables horas en servicios voluntarios como líder en una iglesia laica. Es conocido por pasar incontables horas sirviendo a personas, así como a la iglesia en su conjunto.
¿El profeta mormón es cristiano?
Por sus frutos los conoceréis. ¿Se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, mas el árbol malo da malos frutos.
18 No puede el árbol bueno dar malos frutos, ni el árbol malo dar buenos frutos.
19 Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos (Mateo 7).
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