La revelación es la comunicación de Dios a la humanidad. Desde el principio de los tiempos, Dios se ha comunicado con Sus hijos en la tierra, ayudándoles a aprender lo que es verdadero y cómo vivir. Esta revelación ocurre a muchos niveles, desde las revelaciones dadas a los profetas para toda la humanidad hasta la comunicación silenciosa de Dios a un hijo en particular con un problema personal.

oracion-mormonaLa mayoría de la gente piensa en la revelación en términos de los profetas bíblicos, que hablaban directamente con Dios y recibían grandes visiones. Sólo un profeta puede recibir revelación para toda la Iglesia. Cuando un profeta de Dios habla, todos somos responsables de lo que enseña, incluso si optamos por hacer caso omiso de lo que enseña. Un ejemplo común de esto sería cuando Noé llamó a la gente al arrepentimiento. Cuando no lo hicieron, vino el diluvio y ellos pagaron el precio; la decisión de no aceptar la revelación no la hace inválida ni los libera de la necesidad de obedecer. Esto nos ayuda a comprender la importancia de descubrir lo que es verdadero y qué fuente proporciona la verdad. Cuando un profeta habla, Dios espera que nosotros escuchemos, por lo que en primer lugar, debemos saber a quien Él le está hablando.

Dios da revelación a aquellos que tienen la mayordomía o la responsabilidad sobre el tema de la revelación. Esto es debido a que sólo el profeta puede recibir revelación para toda la Iglesia. Él es la persona con esta mayordomía. Un líder de una congregación religiosa puede recibir revelación para su congregación, porque esa es su administración especial. Cuando termina su servicio a la congregación, él ya no tiene derecho a la revelación de esa posición. Un padre puede recibir revelación en cuanto a sus hijos. Todos nosotros podemos recibir revelación para nuestras propias vidas, también.

Incluso en tiempos bíblicos, la revelación importante destinada a todo el mundo era bastante rara. La mayoría de las veces, los profetas, simplemente le recordaba a la gente de lo que ya le había enseñado, y que seguía siendo necesario actuar en ello. La mayoría de las revelaciones no ha venido a través de visiones y apariciones, sino a través de la revelación silenciosa. Los profetas suelen recibir revelación de la misma manera que todos los demás.

Dicho esto, ¿cómo la gente común recibe revelación para sus propias vidas?

Para recibir revelación de Dios, debemos prepararnos para recibirla. Tenemos que edificar una relación con Él para que podamos entender cómo funciona Su evangelio y cómo Él interactúa con nosotros. Esto comprende la lectura de las Escrituras para estudiar cómo Dios ha interactuado con nosotros en el pasado y lo que Él espera de nosotros hoy en día. Entonces tenemos que vivir de la manera que Él nos ha pedido vivir.

Esto significa dedicar tiempo a la verdadera oración, no a recitar rezos, sino a hablar con Él de todo corazón sobre nuestras preocupaciones y temores. Tenemos que decirle a Dios lo agradecidos que estamos por lo que hemos recibido ya, porque eso nos ayuda a ser más conscientes de nuestras bendiciones y el papel de Dios en ellos. Entonces tenemos que sentarnos tranquilamente y esperar a ver qué pasa. Con el tiempo, llegaremos a reconocer una sensación de paz, cálida en nuestros corazones que nos dice que Dios está cerca y escuchando. Satanás no puede traer paz y gozo. Estos sentimientos son siempre de Dios.

Una vez que hemos aprendido a reconocer estos sentimientos y a vivir de una manera que muestre respeto por Dios y sus enseñanzas, podemos recibir revelación personal. La revelación más a menudo viene en forma silenciosa, así que tenemos que ser pacientes y escuchar con nuestros corazones. Tenemos que apagar la música, la televisión y otras distracciones, sobre todo cuando estamos aprendiendo a reconocer cómo es que se siente la revelación.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos miembros son a veces llamados mormones, enseña a sus miembros a estudiar en primer lugar un problema en sus mentes. Por ejemplo, si un estudiante quisiera saber a qué universidad ir, investigaría una variedad de ellas y seleccionaría la que siente que es mejor para él o ella. Luego le llevaría su decisión a Dios y preguntarle si es una buena decisión. Un sentimiento cálido y tranquilo es la respuesta de Dios de que ha hecho una buena elección. (Puede ser que varias escuelas concuerden con Su aprobación.) Un sentimiento confuso o negativo le dirá que tiene que empezar de nuevo.

A veces la revelación se presenta en forma de un pensamiento de impresión. Tomará práctica el saber qué impresiones son revelaciones y cuáles son sólo pensamientos. Al actuar de acuerdo a esos pensamientos, aprenderán cómo saber cuáles son de Dios. Un pensamiento de Dios podría ser una simple sugerencia: “Lisa se siente sola. Ve a vistiarla hoy”.

En raras ocasiones, una revelación vendrá en palabras reales que puedan oír. Esto es por lo general en el caso de una emergencia, donde no hay tiempo para analizar si la idea era una impresión o un simple pensamiento. “Ve a ver a la bebé. Ella está en peligro”.

Los profetas modernos, al igual que los profetas de la antigüedad, reciben revelación de Dios, más a menudo en la misma forma que nosotros. Dios considera importante la revelación, y nosotros, como hijos ordinarios de Dios, podemos recibir revelación personal al igual que Moisés las recibió en sus días.

¿Quién es el profeta de Dios hoy en día?